Lavamos bien los calabacines porque los usaremos sin la piel. Córtelos en rodajas gruesas y colóquelos en un recipiente apto para horno. Cubra con aceite de oliva virgen extra.
Horneamos a 200º durante 30-45 minutos, hasta que veamos que están cocidos.
Sacamos la fuente del horno y dejamos reposar las rodajas de calabacín unos 10 minutos, luego las ponemos en un vaso. Agregue la pasta de tahini, 1/2 jugo de limón, un poco de sal y pimienta. Programamos 10 segundos de velocidad progresiva 4-7…
Probamos nuestro salsa, añadimos sal si es necesario. Si nos gusta más el sabor a limón, agregamos el jugo de la otra mitad. Si no es así, agregue 15 gramos de agua.
Echamos el pate de calabacín en un bol pequeño. Muela un poco de pimienta blanca en la superficie. También añadimos un poco de aceite de oliva virgen extra y decoramos con pipas de girasol.